Hace algún tiempo México ostentaba ser el líder indiscutible de América Latina, pero esa luz se ha ido extinguiendo porque ahora solo su papel es de observador del desarrollo de los demás países del Sur. México desaprovechó la ventaja de poseer recursos petroleros, despreció a la ciencia, descuidó la petroquímica, la educación, y la tecnología; se centró en el Norte y no miró hacia el Sur.
Según el FMI la economía de América Latina está creciendo a una velocidad moderada, impulsada por "oportunas" medidas de estímulo de los gobiernos, mientras la recuperación en México será lenta debido a la dependencia del mercado de Estados Unidos, la caída del empleo en sectores y ciudades vinculadas a la economía de ese país , así como la disminución de las remesas por el efecto de la desaceleración y contención de la migración.
La falta de coordinación entre el Banco de México y el gobierno federal en cuanto a cómo lograr un crecimiento no ayuda mucho a superar este rezago y a pesar de la estabilidad macroeconómica, del gran tamaño del mercado mexicano, seguimos teniendo problemas de competitividad que nos ubican en el puesto 60 de 134 países.
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