El Premio Nobel de Economía se ha convertido en los últimos meses en el observador por excelencia de la crisis económica mundial, sus opiniones son visos directos de lo que ocurre o lo que puede llegar a ocurrir.
Los problemas que vive el continente europeo en la actualidad engloba el centro de atracción, sobre todo para aquellos países que conforman la zona euro. Teniendo en cuenta los planes de austeridad que muchos países entre los que en encuentra los llamados PIGS están llevando a cabo, parece ser que esta situación es sinónimo de una nueva polémica entre los economistas internacionales.
Por ello la púa está entre aquellos que defienden estas medidas de ahorro y Paul Krugman que se inclina hacia un mayor gasto que incentive a la economía europea.
Krugman admite que "La austeridad española tendría muchas más posibilidades de funcionar si Alemania no siguiera también una política de austeridad. Y todas las políticas tendrían más efectividad si el BCE adoptara con firmeza políticas expansionistas". Pero dado el juicio de los mercados, Krugman también opina que "claramente España no está en una posición de llevar a cabo una política expansiva en solitario, pero eso podría funcionar si otros lo hicieran".
También saca a relucir que "parte del problema de la zona euro es que hay muchas vías de contagio, de forma que la austeridad de un país llevan a la depresión a los demás países" y "la austeridad puede parecer bien para un país porque reduce su deuda, pero no tiene en cuenta el coste que impone a sus vecinos con una política restrictiva".
En definitiva los problemas que conlleva una unión monetaria "es que , en cierta forma, muchos países nunca han cumplido los criterios para compartir una moneda única".
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