Haciendo alusión a la obra maestra del Premio Nobel de Literatura Gabriel García Marquez, me pareció interesante renombrar la Cumbre del Clima de Copenhague.
La falta de compromisos de aquellos países que más han contribuido a el calentamiento global que vivimos en la actualidad es lo que ha marcado la agenda.
Actualmente vivimos un crecimiento económico sustentado en un modelo de globalización consumista, estas pautas de consumo han tenido un efecto inmediato en la emisión de gases de efecto invernadero, el consumo irracional es una “bomba climática”. Como economistas somos conscientes que uno de los principios básicos de la economía son las necesidades ilimitadas y los recursos limitados, sin embargo, la visión de la economía global y de la mayoría de los líderes del mundo, tiene como principal objetivo seguir creciendo, para tener un mayor bienestar económico.
Por ello se podrán hacer miles de cumbres y nos pasaremos en reuniones y marchas y en miles de actividades, pero mientras los que más causan daño no tomen medidas oportunas y reales, el mundo estará sumergido en la incertidumbre de lo que mañana nos espera.
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