Hoy el Periódico El Universal publica un artículo con los datos más relevantes de los pronósticos comentados en la Primera Reunión del Centro de Modelística y pronósticos económicos (CEMPE). A continuación adjunto el artículo del Universal.
Aún cuando el crecimiento de la economía mexicana este año se estima en 4.7%, no será sino hasta 2011 que regresará a los niveles registrados antes de la crisis, de acuerdo con las proyecciones más recientes del Centro de Modelística y Pronósticos Económicos (CEMPE), de la facultad de Economía, de la Universiad Nacional Autónoma de México.
Para los próximos dos años, el dinamismo económico de México tenderá a registrar tasas menores. Se estima que los incrementos del Producto Interno Bruto (PIB) para 2011 y 2012 serán de 3.1 y 2.9%, respectivamente.
Eduardo Loria, coordinador del CEMPE, destacó que a pesar de que la caída del producto en 2009 fue grave (-6.5%), y superior a la de 1995 (-6.2%), el ajuste fue menor al pronóstico de la mayoría de los analistas, en gran medida como consecuencia de la notable recuperación de las exportaciones manufactureras y automotrices a Estados Unidos desde el tercer trimestre del año pasado.
De cualquier modo, se trata de la mayor caída del PIB desde que existen registros confiables. Sin embargo, en opinión del especialista y al hacer un análisis comparativo del impacto cuantitativo de la crisis, establece que éste fue relativamente menor en varios aspectos, por ejemplo, el descenso del PIB per cápita fue mayor en 1995 (-7.92%) que en relación con 2009 (-7.37%).
Otros indicadores clave donde se registró una menor contracción, según el especialista, fueron: la inversión privada que cayó 28.2% en 1995 contra 10.1% en 2009; la actividad industrial (-7.8% contra -7.3%) y la tasa de desempleo, que llegó a 6.27% de la población económicamente activa en 1995, contra 5.47% registrado el año pasado.
El análisis del CEMPE destaca que la crisis dejó ver los enormes problemas estructurales que se han acentuado y que la estabilidad macroeconómica no es necesariamente un factor de crecimiento ni de blindaje económico.
Según estimaciones del Centro, tan sólo el choque medido en términos de la caída de ingresos del exterior fue de 5% del PIB, entre los que se encuentra el descenso de los flujos externos productivos vía inversión extranjera directa, remesas, turismo e ingresos petroleros.
Aunque todavía es difícil calcularlo, Eduardo Loria, advierte que cerca de dos puntos porcentuales de la caída del PIB mexicano podrían ser explicados por factores internos. Esto supondría que el mercado interno si bien no tiende a ser muy dinámico, tampoco persiste su tendencia a caer mucho, convirtiéndose en un colchón para la desaceleración económica del país.
El desempleo no aumentó como se esperaría. La tasa fue relativamente menor a la caída de la producción.